Patrimonio Industrial nacional e internacional

PATRIMONIO INDUSTRIAL - INDUSTRIAL HERITAGE - PATRIMOINE INDUSTRIEL

martes, 20 de septiembre de 2016

Artículo para descarga "Patrimonio industrial peruano. Entre olvido y desconocimiento"

Discurso con ocasión del otorgamiento del Grado de Doctor Honoris Causa Trujillo 11 de noviembre 2013

Autor: Wiley Ludeña Urquizo

Universidad Privada Antenor Orrego

RESUMEN
El complejo industrial del frigorífico Nacional del puerto del Callao construido en 1928 durante el gobierno del presidente Leguía, fue en su momento una de las instalaciones más modernas de América Latina. Poco después, al construirse el denominado “Barrio Obrero Modelo del Frigorífico Nacional”, este complejo fabril se convertiría no sólo en el primer y único complejo industrial urbano del país en contar con su propio barrio obrero planificado como tal, sino también en un hito fundacional del urbanismo moderno en el país. El barrio obrero del frigorífico Nacional es el primer conjunto de viviendas en la historia del urbanismo peruano en registrar los atributos del urbanismo moderno en términos espaciales y tipológicos. Es el primero de su género en contar con su propio equipamiento y servicios urbanos, entre otras cualidades. Este barrio es una especie de grado cero del urbanismo moderno peruano. Hoy es parte de una de las zonas más degradadas y empobrecidas de la ciudad: un auténtico infierno urbano en el que se respira literalmente plomo y el polvo de otros minerales. Ante la inminencia de la demolición de la planta principal del complejo a causa de la expansión de las instalaciones del Servicio Industrial de la Marina (SIMA), tuvo lugar en 1997 una campaña pública en pro de su conservación y declaración de patrimonio monumental, que incluía además al barrio obrero por los atributos mencionados. La respuesta de los organismos e instancias competentes del Instituto Nacional de Cultura y la Municipalidad del Callao, así como de muchos profesionales comprometidos con la causa de la defensa del patrimonio histórico, fue concluyente: no hay nada que justifique que una fábrica y mucho menos un barrio obrero pudiera ser objeto de una declaración de patrimonio cultural y monumento sujeto de conservación y puesta en valor.

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