Patrimonio Industrial nacional e internacional

PATRIMONIO INDUSTRIAL - INDUSTRIAL HERITAGE - PATRIMOINE INDUSTRIEL

sábado, 28 de enero de 2012

Tejiendo la historia de la antigua fábrica textil de Bunyola. Mallorca

Autor artículo de J. Mateu Verdera.

Interesante artículo que trata sobre el trabajo de investigación que se está realizando sobre la fábrica textil de Bunyola creada en 1913, para recuperar su memoria y sobre todo para estudiar el papel que tuvieron las mujeres que trabajaron en esta fábrica.

La industria textil llegó a Bunyola a principios del siglo pasado y durante siete décadas marcó el día a día del pueblo y transformó su paisaje económico y social. Casi treinta años después del cierre definitivo de la fábrica de tejidos de la localidad, Bàrbara Suau, Caterina Garcias y Paquita Canals se han propuesto recuperar su historia.

La fábrica textil, instalada en 1913 en el ensanche del pueblo, construido en tierras de la possessió de Son Garcies, al calor del tren de Sóller inaugurado un año antes –estaba a pocos metros de la estación– y en una zona que albergaría otras industrias como las Destilerías Antonio Nadal o la fábrica de jabones El Nido, supuso una auténtica revolución social en Bunyola, especialmente para las mujeres y, por su impacto social y económico, ha sido sin duda la industria más destacada en la historia de la localidad.

La evocación de las fabricantes, como eran conocidas las trabajadoras de la fábrica, está aún hoy presente en la memoria colectiva de los bunyolins porque hubo un tiempo en que esta industria textil marcaba el paso de las horas en el pueblo y fue tal su influencia que fue éste quien tuvo que amoldarse al horario fabril.

Hace tres años, Bàrbara Suau, Caterina Garcias y Paquita Canals se propusieron "recuperar la memoria de la fábrica", lo que les ha permitido realizar una completa radiografía de la idiosincrasia local en un microcosmos en el que se mezclaban trabajadores, propietarios y directivos, relaciones con el poder político y con la iglesia, además de tratar otros temas de interés histórico y patrimonial, como el desarrollo urbanístico del pueblo.

Para llevar a cabo su proyecto –que han titulado Fabricantes– plantearon una lectura "en clave de género", con las mujeres como protagonistas y con la historia oral como técnica. Más de 80 entrevistas grabadas en vídeo, especialmente a fabricantes, pero también a otros trabajadores y personas vinculadas con la industria, forman el cuerpo central de este proyecto. "Estudiar a las mujeres de la fábrica ha sido una manera de acercarnos a otros aspectos de la realidad del pueblo", explican.

Aunque la historia oral es la base del proyecto, la investigación también les ha permitido recuperar documentos, maquinaria, imágenes y objetos relacionados con esta industria y que servirán para "tener, por primera vez, una imagen completa de la historia de la fábrica, porque nunca había sido estudiada en profundidad".

Durante estos tres años, Bàrbara Suau, Caterina Garcias y Paquita Canals también han realizado numerosos viajes a Barcelona para conocer el origen de la fábrica, que tuvo a destacados empresarios catalanes como propietarios o directivos, y a las colonias textiles catalanas como modelo. En Catalunya han entrevistado a sus descendientes, han recopilado valiosa documentación y han visitado otras instalaciones relacionadas con la fábrica del pueblo, lo que les ha permitido conocer mejor su origen.

La industria textil llegó a Bunyola a través de Sóller que, en 1912, ya albergaba 21 fábricas. La inauguración del ferrocarril que comunicaba los dos pueblos ese año y el acceso a mano de obra barata, motivaron la inversión de empresarios sollerics. Colom, Rullan y Cía. fue el nombre de la primera empresa textil de la localidad, fundada 1913.
Bàrbara Suau, Paquita Canals y Caterina Garcias, las tres mujeres que están realizando el trabajo de investigación

A lo largo de su más de 70 años de historia, la fábrica de tejidos vivió tres cambios de propiedad hasta su cierre definitivo en 1984: Cruells, Rovira y Compañía, Fabril Hispania S.A. y la mallorquina Sederías Alabern S.A. Funcionó ininterrumpidamente y la producción solo se paró los tres años de la guerra civil y en otras dos ocasiones.

En sus años de máximo esplendor tenía más de un centenar de empleados –la inmensa mayoría mujeres– y producía telas para todo el país. En Sentmenat, pueblo catalán que ha conservado la memoria de su importante industria textil, las investigadoras profundizaron en la figura de uno de sus míticos propietarios, Manuel Perdigó Cortès, y de su esposa Rosa Espona Brunet.

"Este ha sido uno de los grandes descubrimientos del trabajo", explican las investigadoras. Industrial, mecenas, bibliófilo e intersado por la temática xueta, entre otros muchos aspectos, Perdigó estaba también muy bien relacionado con el poder político de la España franquista y con la Iglesia. Esta circunstancia propició que las telas producidas en sus fábricas surtiesen iglesias y conventos de todo el país.

En 1902, en su fábrica de Sentmenat ya se producía el mismo terciopelo y otras telas que veinte años después se tejerían en Bunyola. En ese momento, la Congregación de las Celadoras del Culto Eucarístico, con casa general en Palma y conventos en Barcelona y Madrid, protegidas y patrocinadas por el matrimonio Perdigó-Espona, confeccionaban adornos religiosos para toda España con las telas de damasco producidas en la fábrica del pueblo.

Rosa Espona también estuvo muy vinculada a la Iglesia. Fue una de las fundadoras de la Adoración Noctura Femenina y, cuando falleció, donó gran parte de su herencia a la Compañía de Jesús.

Durante este periodo, la fábrica estuvo dirigida primero por Emili Villaró Pagès y después por Josep Ortolà Canet, cuyos descendientes fueron también entrevistados en Barcelona.

Bàrbara Suau, Caterina Garcias y Paquita Canals continúan trabajando para desgranar la historia de la fábrica, cuyo final en 1984 supuso una auténtica conmoción en el pueblo, aunque las diferentes crisis del textil ya habían dejado a esta industria muy malparada.

Una década después del cierre, a mediados de 1990, el inmenso edificio de la fábrica fue transformado en viviendas, perdiéndose así la oportunidad de conservar esta parte imprescindible del patrimonio industrial e histórico de la localidad.

A pesar de eso, la fábrica permaneció en la memoria de todos los que habían trabajado en ella, y fue el germen de otras industrias textiles que han llegado a nuestros días, como la fábrica Samper o Tèxtil Bujosa de Santa Maria, empresa que recuperó la famosa roba de llengües de la mano de su fundador, Guillem Bujosa Rosselló (1909-1999), que había aprendido el oficio trabajando en la empresa de Bunyola.

Si no hubiese cerrado en 1984, la fábrica de tejidos celebraría su centenario el año que viene, concretamente el 21 de septiembre de 2013, día de Sant Mateu, patrón del pueblo.

El proyecto Fabricantes continuará al menos hasta esa fecha para poder ofercer una visión completa de esta industria que cambió Bunyola para siempre.
Lo que empezó como una investigación de historia oral a mujeres trabajadoras de la fábrica, se ha convertido en un estudio que abrazará una parte imprescindible y hasta ahora ignorada de la historia local.
Diario de Mallorca